Pueblos de la N-230 denuncian la peligrosidad de la vía
Entre Alfarràs y Sopeira "hay un auténtico punto negro", aseguran alcaldes de la zona | Cada mes se registra un accidente grave en esta vía | Transporte internacional de cereal y turistas, los usuarios de la carretera que dirige a Francia por la Vall d'Aran
Lleida | 24/09/2012 - 00:04h
Xavi Francés
Alcaldes de municipios al paso de la carretera N-230, que une Lleida y Huesca con Francia por la Vall d’Aran, han denunciado en las últimas semanas la elevada siniestralidad de
la vía, cuyo tráfico copan especialmente turistas en dirección a las
pistas de esquí del Pirineo y transporte internacional de cereal.
En el tramo al paso por Huesca, entre el límite sur de Alfarràs (Lleida) y la localidad aragonesa de Sopeira,
"hay un auténtico punto negro en el kilómetro 113,4, donde por un
problema de peralte mal hecho, ya ha habido varios camiones que han
volcado o han hecho tijera en una doble curva", señala el alcalde de
Sopeira, José María Ariño. "La N-230 está considerada una de las
carreteras nacionales con mayor siniestralidad de España, en particular
entre Sopeira y el túnel que comunica con Viella, en el límite con
Lleida", añade el edil.
Los alcaldes denuncian que al menos cada mes se registra una accidente
grave en esta vía. Igual que en Huesca, las autoridades locales de la
Alta Ribagorça y la Vall d’Aran afirman que la N-230 es altamente
peligrosa y exigen la construcción de las prometidas variantes. Entre
los proyectos del ministerio de Fomento figura la construcción de una
autovía (A-14) entre Lleida ciudad y Sopeira y la prolongación desde ahí
de una carretera nacional de un carril por sentido hasta la frontera
con Francia para reducir el impacto que supondría una vía rápida para el
paisaje. En el tramo sur de Lleida. Fomento inauguró hace escasos meses
un tramo de cerca de 10 kilómetros de autovía entre los municipios de
Rosselló y Almenar, sin solución de continuidad ni en dirección norte ni
en dirección sur.
El alcalde de Almenar, Pascual Izquierdo, recuerda que en la vieja N-230
hay “más de 20 rotondas para un tramo de carretera de 22 kilómetros”,
lo que dificulta la circulación, impide los adelantamientos y provoca
colas. “En la rotonda de la localidad de Torrefarrera”, añade el
alcalde, “hay un tráfico de 16.000 vehículos diarios”, muchos de ellos,
camiones, lo que convierte la circulación en un caos en horas punta. La
crisis, además, ha paralizado el resto de tramos de la autovía, así como
las mejoras en la carretera N-230 en el tramo del Pirineo.
Por otra parte, fuentes sindicales han anunciado la intención del
ministerio de Fomento de abonar en breve tres millones de euros de los
que adeudan a los propietarios de fincas expropiadas para la
construcción de los 10 kilómetros de autovía A-14 varios años después de
su ocupación.
A. Bloc de Sapeira
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